galicias >> Camino de Santiago
"... pero, en calquier caso, ¡el Camino de Santiago existe! y en él se encuentra la magia, el espíritu y la simiente de un mundo nuevo, más humano, mejor y diferente". (Juan)
DIARIO DE BRUNO POR EL CAMINO DE INVIERNO
ETAPA DE MONFORTE A CHANTADA
Estamos en pleno invierno. Enero de 2015. Hoy madrugo poco. Mi cuerpo necesita dormir y descansar. Son las nueve de la mañana cuando empiezo a caminar en Monforte de Lemos. Mis pies y están un poco doloridos. También mis piernas. Pero poco a poco van entrando en calor y el dolor desaparece. Hace frío. Pero no llueve. Una neblina de lana se tumba perezosamente sobre las montañas. Pero da la impresión de que va a ser pasajera y que se va a ir esfumando a medida que avance el día.
Camino solo. Acompañado de mis pensamientos. Intento no enredarme demasiado en ellos. Buscando mi silencio interior. Intentando respirar el suave y fresco perfume de la libertad. Buscando la paz interior.
La mañana está fresca, pero no demasiado fría. La temperatura es agradable para caminar. Tampoco me molesta el caminar por carretera. Esto en verano resulta muy molesto, pues el calor que desprende el asfalto recuece los pies, y además todo el cuerpo sufre al golpear con cada paso una superficie dura. Pero en invierno es diferente: la carretera molesta mucho menos.
Casi sin darme cuenta llego al lugar de PACIOS. Me encuentro de repente con un grupo de peregrinos. Son más de quince. Acostumbrado a mi soledad este montón de gente me sorprende. Hablo con ellos un rato. Me cuentan que pertenecen a la Asociación de Amigos de la Vía de la Plata o Camino Mozárabe de Ourense. Camino con ellos un rato. Conversando. Son gente amable. Casi todos son hombres. Hay solo dos mujeres. Muchos de ellos están ya jubilados. Pero aún así caminan muy rápido. Me cuesta trabajo seguir su ritmo.
El camino sigue por carretera hasta el lugar de A BROZA. Un curioso nombre. Nos cruzamos con un vecino del lugar y le pregunto por qué este se llama así este pueblo. El me dice que no sabe. Recuerdo que "broza" es una palabra que existe tanto en gallego como en castellano y en ambos idiomas significa más o menos lo mismo: Conjunto de hojas, ramas, cortezas y otros despojos de las plantas. Pero en castellano tiene también otros significados, como por ejemplo este: Conjunto de cosas inútiles que se dicen de palabra o por escrito... ¡Cuanta "broza" hay por internet! Cada vez más. A veces también me pregunto si lo que yo escribo también es "broza"...
Un poco más adelante vemos a la izquierda de la carretera un muro impresionante. Alto. De piedra. Perfectamente ejecutado y muy bien conservado. ¿Que guarda dentro? Un pazo, el de "O REGUENGO". Enclavado en una bonita finca.
Termina el muro del pazo, y poco después una señal nos invita a abandonar la carretera por un sendero que sale a mano izquierda. Pero está totalmente encharcado. Por lo que seguimos un rato más por la carretera, y poco después otra señal nos manda girar a la izquierda, esta vez por carretera... Pasamos un pequeño pueblecito. Y acto seguido la carretera se convierte en camino. ¿Camino? Es un decir. Más que un camino parece una colección de charcos llenos de barro colocados anárquicamente en el suelo... Caminamos con cuidado, intentando colocar los pies en los escasos lugares en los que el agua es menos profunda. Pero no es fácil. Empiezo a sentir como el agua fría se me cuela por encima de la caña de las botas y me moja los calcetines. Es una sensación bastante desagradable.
De pronto veo como uno de los hombres del grupo se resbala y se va al suelo. Es el más alto y el más grande de todos. Y se ha caído en plancha, quedando tumbado boca abajo, sobre el barro... Varios de sus compañeros acuden corriendo a socorrerlo. Le ayudan a levantarse. Le tocan las piernas, las rodillas, los brazos... le observan... Parece que está bien. Que solo ha sido un susto... El hombre sonríe, con su cara llena de barro. Como un niño. ¡Tiene una cara de bueno! Debe tener ya bastantes años, pero da la impresión de que conserva la bondad y la inocencia de la infancia... A partir de ahí veo como algunos de sus compañeros se quedan y caminan a su lado, más despacio, indicándole los lugares en los que hay que poner especial atención para no resbalarse... ¡Esto es amistad! Los filósofos llevan miles de años escribiendo sesudos pensamientos sobre la amistad. Pero para mi esta escena la define mejor que ninguno de los libros que he leído...
Pasado un rato se acaba el barro, y un camino llano, ancho, seco, y cómodo se extiende como una alfombra bajo nuestros pies. Y cada vez es más bello. Entramos en una "carballeira". El sol empieza a asomar su nariz entre las nubes. Siento que mis células se llenan con un olor intenso y agradable. Es la magia de Galicia amasada con la magia del Camino y salteada con las estrellas eternas de la amistad... Un perfume insuperable...
De pronto siento la necesidad imperiosa de volver a encontrarme con mi soledad, para conversar un rato con ella. Me paro un momento. Dejo que los demás se vayan. Y empiezo a caminar despacio, escuchando la música de mis pasos sobre las hojas secas de robles y castaños.. Sintiendo como mis pies besan y acarician el alma de la tierra... Mis pensamientos desaparecen. Mi mente se queda vacía. Y palpo en mi interior la Unidad con todo lo que existe. Percibo mi respiración. Y encuentro una profunda sensación de paz y de libertad interior... Es un momento genial... El camino con los viejos muros de piedra que le rodean, llenos de musgo, forma una cuna, mecida por los robres que le bordean y le cubren con sus ramas... Me siento ligero, suave, incorporal...
No sé cuanto tiempo camino así. Cruzo un pequeño regato. Y un poco más adelante vuelvo a encontrarme con el asfalto. Un cartel me indica que estoy en un pueblo que se llama CAMIÑO GRANDE, que pertenece al ayuntamiento de O SAVIÑAO. Se ha terminado ya el ayutamiento de Monforte. Poco después veo un cartel que me indica que estoy pasando cerca de otro pueblo que lleva el nombre de ABUIME DE CAZAPICO... Veo otros indicadores que hablan de lugares llamados DIOMONDI, LAMAQUEBRADA, A COBA, VILATIÑOSA, SABARIZ, A VEITUREIRA... ¡Qué curiosos son los nombres de los pueblos de esta zona! Originales y muy sonoros...
En un prado, a la izquierda del camino, veo tres vacas paciendo sosegadamente. Dos son adultas, como de unos seis o siete años. ¡Sí, las vacas son adultas ya a partir de los dos o tres años!. Y cuando llegan a los diecisiete son ancianas. La otra es una ternerita que tendrá unos siete u ocho meses... a punto de entrar en la adolescencia... Me quedo un buen rato mirándolas, viendo como saborean la rica hierba verde... Todo esto me devuelve a mi infancia... A los años pasados en el pueblo, en los prados, cuidando nuestras vacas... Aquellas que eran la base de nuestro sustento, con su leche y con su carne, y con el dinero que nos daban los terneros que vendíamos... Dinero escaso, pero suficiente... Dinero que sirvió incluso para que mis padres me enviasen a estudiar... Ellas, las vacas, fueron las que pagaron mis estudios... Y quizás nunca lo supieron, quizás yo nunca se lo dije, quizás yo ni siquiera llegué a pensarlo, hasta hoy, ya mayor, casi viejo, en la edad de mirar despacio...
Y sigo mirando a las tres vacas. Intentando encontrar una sonrisa en sus rostros... ¿Sonríen las vacas? Recuerdo haber visto llorar a las vacas, recuerdo haber visto en sus caras expresiones de paz, pero no recuerdo haber visto nunca a una vaca sonriendo... Salvo, claro, a la "vaca que ríe", la que anuncia los quesitos... Pero eso es un dibujo, no una vaca... Estoy un buen rato mirándolas. Pero me quedo con la duda: ¿Las vacas sonríen?
Llego a Diomondi. Impresionante iglesia románica, que formó parte de un monasterio. Un mojón me señala además que estoy a 100 kilómetros de Santiago. Es un buen lugar para sentarse un rato. Para descansar, comer, beber y respirar tranquilamente. Reina la paz.
Cuando me apetece me pongo de nuevo en camino. Paso un pueblecito pequeño, y caigo de nuevo en un cuento: el mágico camino que en pronunciado descenso me conduce a Belesar. El río al fondo, y los bancales de viñedo al otro lado, salpicados de pequeñas bodegas, dibujan un cuadro perfecto... Tengo la sensación de que un artista maravilloso ha creado este paisaje... ¿Es este el lugar más bello que he visto en mi vida? Huele a historia y a energía de la buena: estoy en la RIBEIRA SACRA...
En Belesar me encuentro de nuevo el grupo de peregrinos de la Asociación de Ourense. Unos se cambian las zapatillas mojadas por otras secas, otros conversan animadamente, otros comen chocolate Valor. Y uno de ellos cuenta que una vez estuvo en Villajoyosa (Alicante) en la fábrica que allí tiene la empresa fundada en 1881 por Valeriano López Lloret... Me ofrecen un poco del rico chocolate, que acepto gustoso... Y me cuentan que van a ir a comer a un sitio que se llama A COBA, que tiene muy buenas vistas, y donde se come muy bien y muy barato, y donde hay una camarera jóven, alegre, atenta y eficiente... Son muchas tentaciones juntas... Pero aún así me resisto... Les agradezco la invitación... Pero decido sentarme mirando al puente, sacar mi bocadillo y mi botella de agua, y comer allí mismo...
Luego sigo de nuevo mi camino en solitario. Nada más cruzar el río Miño me encuentro con un ascenso muy duro. Pero me lo tomo con calma. Despacito voy subiendo, paso a paso, saboreando mi soledad... De nuevo se me borran los pensamientos y el vacío vuelve a mi mente... Y casi sin darme cuenta acabo llegando a Chantada, donde, mis ojos se sorprenden al ver dos peregrinos. Son italianos. Nos saludamos. Y decidimos buscar juntos una posada para pasar la noche y un lugar para cenar. Huele a amistad y fiesta como si nos conociésemos de toda la vida.
(Juan, 24-01-2014)
"I came to find God in me. And now I find Him everywhere. I have to bring this back to my daily life, where I actually live now. "Cami" means "God" in Japanese" (Wrenn)
"Caminar es besar la tierra con los pies" (Juan)
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