CAMINO DE SANTIAGO. VIAAURIA. DE MUXÍA A LIRES.
Anunciaban lluvia. Y no me extraña que lo hiciesen a juzgar por los nubarrones que había cuando desembarcamos en Muxía.
Al poco rato de empezar a caminar un cartel nos anunciaba que íbamos por la ruta de la luz. La foto no necesita comentarios. En Galicia lo de la luz a veces se confunde con los cables. Y luego vienen "las eléctricas" (que antes eran -o parecían- gallegas y que ahora son catalanas o ya no sé de donde) y nos "estiman" lo que les parece y nos envían una factura de sorpresa, incredulidad o infarto... Claro que a lo mejor lo de la "ruta de la luz" no se refiere a los cables de los tendidos, sino a la maravillosa luz del sol que ilumina la Costa da Morte cuando no está nublado... Todo puede ser.
El caso es que nos pusimos a andar, pertrechados contra la lluvia, pero procurando esconder los paraguas para qeu el viento no nos los arrebatase... Misión complicada.
A la derecha nos encontramos con el aborto de una casa (pensada, iniciada, pero a Dios gracias, no construida... Aunque el rastro visible del intento no deja de afear el paisaje... ).
Después vinieron las playas (la primera la playa de Lourido), los hórreos de piedra, y las mariposas... Insectos pacientes, pacíficos, suaves, serenos, firmes en medio del viento...
El paisaje se fue vistiendo cada vez con trajes más hermosos. Los pantalones verdes de campos... Camiseta de oscura y fecunda tierra labrada... Puzle de aprovechamientos y de colores, bajo un cielo cada vez más azul, y al lado de un mar inmenso y señorial... La belleza inmensa del paisaje primaveral espantó los oscuros nubarrones y dio paso a la suave caricia del sol... Parecía como si de verdad empezase la "ruta de la luz"... Fueron momentos con olor a maravilla...
El paisaje, la gente... Todo empezó a inundarse de vida y de alegría. Y en el culmen de la sonrisa, en el lugar de Viseo, aparació ELSA, la estrella polar de este día. Salió de la nada, por la izquierda, y se acercó al camino, con su tina repleta de fresas... Fresas divinas, recién cogidas de la tierra (¿o del cielo?), con sabor a gloria... Olor de presencias de infancia, cuando las cosas sabían de verdad, en los tiempos de chuparse los dedos... ¡Qué maravilla!. El sabor de las fresas cien por cien naturales, sin conservantes ni colorantes, sin insecticidad, sin ningún tratamiento, pequeñas, diminutas, salvajes, salvajemente ricas... Y la amabilidad de Elsa, su generosidad, su regalo... Porque sí. Sin conocernos. Porque le apeteció hacer el bien, regalar lo mejor que tenía, sus fresas de diamantes, sus trocitos de amor, pedacitos de su corazón... Y la sorpresa, lo no planeado, lo no esperado, lo impensable, ese detalle con el que nadie contaba... De verdad, para mí las fresas de Elsa fueron el mejor regalo del día... Solo por recibir esta caricia de Dios valía la pena hacer el viaje desde Ourense hasta la Costa da Morte. En ese momento sentí con fuerza la presencia de la magia del Camino...
Luego encontramos otros pequeños detalles: una iglesia hermosa (la de San Mariño), el cabo Touriñán, las vacas dóciles paciendo... y por fín la Playa de Nemiña. Un simpático restaurante abarrotado nos dio de comer: pulpo, tortilla, empanada, caldeirada de pescado... Y ahí apareció otra pequeña sorpresa: el cumple de Luisa Meijome, con sus bombones (exquisiteces), con los cánticos, con las velas, con los aplausos... Una gran familia esta de Viaauria, que siempre sabe improvisar el cariño y la sonrisa en cualquier ocasión...
Por la tarde lluvia, ventarrón, y un hermoso camino que nos llevó a Lires. La pericia y la paciencia de Angel nos permitieron llegar a todos al destino en un plis plas, por un contundente atajo, cruzando un puente nuevo, construido donde antes había una pasarela de piedras por las que cruzaban los peregrinos con los pies descalzos, mojándose a veces hasta la rodilla...
Y en el viaje de vuelta el bus I se llenó de cánticos y de bromas: que si en un bus para 5 íbamos 50 (más o menos), que si llovía dentro... Era divertido ver como bailaban en el techo las gotas formadas por la humedad que tenía la salida de Socorro... Maribel, siempre inagotable, con su autoestima firme, nos deleitó con unas cuantas canciones que consiguieron que la lluvia arreciase con más fuerza que nunca... Cayeron chistes y bromas. Risas. Carcajadas... Pero todo, a mi parecer, con "muy buen rollo"...
Pero, bromas aparte, fue un día maravilloso. De los que huelen de verdad al perfume Viaauria, de los que crean lazos de cariño y amistad, de los que siembran luz y sonrisas en las almas, de los que llenan los pulmones de vida y de energía... Un día que recordaré por el paisaje y la belleza y por muchas otras cosas: fue el día de la vuelta de José Manuel (tras cuatro meses sin venir a andar), del cumple de Luisa, de las fresas de Elsa... Un buen día.
(Juan, 7 de mayo de 2011)
PD: Por certo, pensando en Muxía, vénseme á cabeza cousas coma esta:
"Viaauria sabe
a bosque, a mar, a natureza, a nenos xogando, a recordos de infancia, a miradas
de ouro, a pombas que voan por un ceo de fai mil anos, a conversas, a silencios,
a paisaxe debuxado polos soños...
Buscamos a cor dos ollos e o arrecendo dos pensamentos...
Sentados nas néboas, columpiados polo vento, pechamos os ollos, e caemos
nun conto suave e doce, un conto vestido de palabras fermosas de seda... "
"O que converte a vida nunha bendición non é facer o que nos gusta, senón que nos guste o que facemos" (GOETHE)
"No me resigno a que, cuando yo muera, siga el mundo como si yo no hubiera vivido" (Pedro Arrupe)
Engadir galicias.com a Favoritos
Benvid@, estás na túa casa